No hay que saber mucho de marketing, sirva uno mismo como ejemplo, para saber que de una queja hay que saber sacar siempre algo en positivo, es un mensaje que nos dice qué podemos cambiar para mejorar.
Hace un tiempo una paciente se quejó de que acudió a consulta y se encontró con que estaba mi higienista (presta a realizarle su limpieza anual) pero yo no estaba (pasaba consulta en otro lugar en aquel momento). Una vez solventado el problema y satisfecha mi paciente (le hice yo la limpieza como ella demandaba) no quiero sin embargo, dejar pasar la oportunidad de explicar ese ciclo que recorren todos los pacientes en una consulta a través de nuestro personal.
Pues puede parecer que en nuestra pequeña consulta, como en muchas más en cualquier parte del mundo, quien lo hace todo con y para el paciente sea el/la dentista, pero éso no hace más que dar la razón al dicho de que "las apariencias engañan".
Si miran detenidamente la imagen superior a este texto se darán cuenta de que cuando un paciente llega a consulta puede venir ya directamente para tratarse con el/la dentista o bien para revisarse con el/la higienista. Se ve en el gráfico claramente cuáles son los cometidos de cada uno/a de estos y como sólo conjuntamente consiguen realizar los tratamientos que demande/necesite el paciente (parte principal del dentista) y mantener al/a paciente en estado de salud oral (parte del/a higienista).
En realidad estos dos polígonos tan claritos se entremezclan pues el/la higienista bucodental trabaja en muchas situaciones terapéuticas codo con codo con el/la dentista pero he querido separar ambos trabajos para destapar la labor de nuestros/as higienistas.
Un agradecimiento a auxiliares e higienistas (incluso a nuestros técnicos de laboratorio que por no estar en la clínica parecen no existir). Espero que esta pequeña entrada sirva para abrir los ojos de mis pacientes o lectores y que se den cuenta de toda la gente que hay detrás del nombre de su dentista.
Un saludo cordial.
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