El Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos ha decidido instaurar, el año que viene, un programa de prevención del tabaquismo en las clínicas dentales de los colegiados de toda España.
La primera vez que vi esta información me pareció muy buena idea. Poco después nos mandaron un libro que me leí en un par de días con absoluto regocijo. Conforme leía me di cuenta que la idea de dirigir primero el programa a aquellos dentistas que fumaran no se contemplaba en el plan.
Sé que ya se acabaron aquellos años de doctores fumando en sus gabinetes, lo que no quita que seamos un segmento de la población que fuma como cualquier otro (o más, no tengo el dato). Esta doble moral de prohibir al paciente y luego obrar como cualquiera cuando se cuelga el batín me parece injusta. Me hubiera gustado muchísimo más si el programa se hubiera dirigido primero a que abandonásemos el tabaco los dentistas, para luego implantar un programa de prevención y ayuda para nuestros pacientes.
Bien, dicho y hecho.
Hoy hace un mes que ya no fumo. El simple hecho de que sepa el tiempo exacto que falta no es por nada sino por una aplicación gratuita ( http://www.quitometro.org/ ) que te anima pues te va diciendo no sólo lo que llevas sin fumar sino el dinero que te ahorras, los gramos de alquitrán que le estás quitando a tus pulmones, etc..
No me gustaría que se entendiera que dejo de fumar y me transformo en una especie de monstruo anti-fumadores, nada más lejos. Respeto al buen fumador ( http://www.clubfumadores.org/club_fumadores_decalogobuenfumador.html ) y creo firmemente que hay gente capaz de fumar sin desarrollar un comportamiento adictivo, pero he de reconocer que este no era mi caso y por éso he preferido abandonar definitivamente este vicio.
No puedo pasar por alto que la ya famosa nueva ley antitabaco, si bien no ha sido un apoyo firme, si era una idea que me ayudaba a proseguir con mis planes. Si el año que viene (que ya está prácticamente aquí) no voy a poder fumar tomándome un café, pues lo voy dejando ya (lo del tabaco claro) y así no pasaré el escarnio de tener que pedirlo para llevar o fumarme un cigarro en la puerta del bar en pleno mes de enero.
Sin entrar en la polémica sé que hay muchos camareros a los que hemos hecho durante muchos años fumadores pasivos que van a recuperar muchísima calidad de vida gracias a esta ley y espero, de los fumadores empedernidos, no antepongan sus humos a las normas y se adapten sin que tengamos que recordarles la nueva situación.
Por si queda alguien que desconozca por lo que están pasando los fumadores pasivos, le recomiendo que lea esta historia ( http://porquenosotrosno.com/web/blog-detalle-post.asp?Id_Articulo=153 )
En cuanto a mis pacientes no voy a agobiar a nadie, ni a intentar convencer, ni a predicar ninguna verdad absoluta.
La única medida que he tomado hasta ahora es que he incluido una nueva pregunta en mi historia clínica. Ahora pregunto a todos mis pacientes si fuman o no y es curioso cómo solo por preguntarles ellos ya responden con interés de si ésto tiene alguna repercusión para la boca.
Por tanto, sirva esta entrada de introducción para otras en las que iremos desgranando qué pasa en la boca de los fumadores.
Un saludo cordial.
1 comentario:
Está esto muy bonito. Felicitarte.
Víctor
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