lunes, 8 de abril de 2013

Bruxismo, un término incorrecto.

El comienzo del siglo XX es un momento de la Historia en el que la economía mundial (industria, gobiernos, etc)  impulsa la investigación por diferentes motivos (podríamos decir que es el nacimiento del I+D).
En este entorno aparecen los primeros términos que intentan definir un hábito pernicioso involuntario de apretar y/o rechinar los dientes. Así, Karolyi  en 1902 fue el primero con su "neuralgia traumática", le siguieron en 1907 Marie y Ptiekievicz  con su bruxomanía, y por fin Frohmann en el 1931 acuñó el término bruxismo(1).

Si bien es cierto que posteriormente se usaron otros términos y se usan hoy en día, sobre todo en publicaciones científicas, para evitar usar el neologismo, no es menos cierto que a pie de calle, en el lenguaje coloquial entre pacientes y sanitarios, éste es el término más utilizado, siendo así que incluso hay pacientes que ya acuden a consulta avisando de su condición de bruxistas.

Si analizamos la etimología de la palabra bruxismo veremos que el lexema brux es un verbo que significa morder en griego (2) y el sufijo -ismo una terminación formada por un sustantivo y un verbo que ya desde la Antigüedad se venía traduciendo inespecíficamente como proceso y se usaba para definir cualquier proceso patológico (vg.- reumatismo) (3).
Este análisis parece correcto sino fuera porque le da al bruxismo carácter de patología per se(4)(5).
¿Qué es entonces el bruxismo? Un término incorrecto que comúnmente empleamos para definir una situación en la que existe un incremento de actividad sin finalidad que conduce irremediablemente a una aceleración del desgaste de las estructuras que lo soportan. Este aumento de actividad podrá estar asociado a un ente patológico pero nunca lo será por sí mismo.

No tenemos pacientes bruxistas, sino personas que aprietan o rechinan los dientes de manera consciente o involuntaria, algunos de día, otros de noche, y otros todo el tiempo. ¿Cómo tratarlos? Usando férulas acrílicas (a veces planas, a veces con guía anterior y canina) para evitar que sigan desgastando los dientes, estiren sus músculos y consigamos con el sacrificio y la colaboración de nuestros pacientes, posponer la destrucción oral a la que iban precipitados por éste hábito. Si preguntan qué tienen o qué lo causa hay que  basarse en la anamnesis para mostrar qué factores pueden estar originando este proceso y/o a que puede estar asociado.

Como última reflexión les dejo con otra acepción que tiene el sufijo -ismo (6) y que parece venir a explicarme con algo de ironía, la causa de la existencia del bruxismo, ya que éste también puede traducirse como "proceso de defender una doctrina" (vg.- socialismo). Ahora lo entiendo todo, los bruxistas no son ellos (los pacientes), son los profesionales sanitarios (dentistas, médicos, etc...) que diagnostican a sus bruxistas como tales pues son en realidad defensores a ultranza de la doctrina dictada hace más de cien años por aquellos científicos de principios del siglo pasado.

Un saludo cordial.

Breve bibliografía:
1: http://xananatura.blogspot.com.es/2011/09/bruxismo-o-bruxomania.html
2: http://dicciomed.eusal.es/lexema/morder
3: http://dicciomed.eusal.es/sufijo/ismos
4: http://dicciomed.eusal.es/palabra/bruxismo
5: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-12852003000300003
6:http://dicciomed.eusal.es/busqueda/ismo


2 comentarios:

Unknown dijo...

Me agrado su descripciòn de la palabra y el mal uso que se le ha dado. Quisiera me permita poder citar al autor, proporsionandome su nombre completo y paìs de origen, por favor.

Alejandro Cárdenas dijo...

Me abruma su comentario y más aún tener que reconocer públicamente que la opinión afirmada en esta entrada a la que se refiere es de un servidor: Alejandro Cárdenas Martos, de España.